Nuevos radiofármacos: la Medicina Nuclear como aliada para el diagnóstico y el abordaje terapéutico
2 enero, 2023
Los radiofármacos están formados por una sustancia transportadora y un isótopo radiactivo, utilizándose tanto para el diagnóstico como el tratamiento de enfermedades.
La Medicina Nuclear es una especialidad médica de Diagnóstico por Imagen en la que se utilizan radiotrazadores o radiofármacos con finalidad para el diagnóstico y el tratamiento de diferentes enfermedades.
Pero ¿qué es un radiofármaco? Se trata de una sustancia que, unida a un núcleo inestable que emite radiación, permite alcanzar el diagnóstico de una enfermedad o de una patología concreta, e incluso permite realizar también un tratamiento sobre esta patología, en determinadas enfermedades.
Los radiofármacos están constituidos por una sustancia transportadora (la que participará en el metabolismo del órgano que queremos estudiar), a la que se incorpora un núcleo inestable (un isótopo radiactivo) que emite radiación en forma de fotones gamma o de partículas beta. Estos radiofármacos se administran a los pacientes por diversas vías y, una vez en el organismo y según el tipo de radiofármaco empleado, este se distribuirá selectivamente hacia el órgano u órganos diana que queremos estudiar o tratar.
Mediante un equipo detector de radiación fotónica (una gammacámara SPECT o un equipo detector PET), podemos visualizar la distribución corporal del radiofármaco y podemos procesar la información obteniendo imágenes adecuadas al estudio.
Actualmente disponemos de equipos híbridos SPECT/TC y PET/TC y PET/RM. Esto nos permite concretar la localización de los radiofármacos con extrema precisión.
Los radiofármacos permiten identificar enfermedades en sus etapas tempranas
Las exploraciones diagnósticas con radiofármacos raramente son invasivas y carecen de efectos adversos. “Pese a su nombre, los radiofármacos no tienen efecto farmacológico. Las sustancias de las que consta un radiofármaco tienen las mismas propiedades químicas que las sustancias naturales que participan en el metabolismo de los órganos que pretendemos analizar. Si existe alguna patología concreta, la distribución del radiofármaco estará alterada respecto al patrón de normalidad”, señala el Dr. Eduard Riera, coordinador de Medicina Nuclear de Cetir Ascires.
La Medicina Nuclear es una excelente aliada diagnóstica: mediante el uso de radiofármacos podemos detectar actividades moleculares dentro del cuerpo. Podemos identificar enfermedades en sus etapas iniciales/tempranas, con el consiguiente potencial que esto supone para obtener éxitos terapéuticos.
Nuevos radiofármacos: cómo se administran
Los radiofármacos se administran generalmente por vía endovenosa, aunque ocasionalmente se utilizan las vías oral o subcutánea, entre otras.
Los equipos de Medicina Nuclear permiten rastrear la emisión fotónica de los radiofármacos. “Cuanto más específica sea la distribución de un radiofármaco para analizar una determinada enfermedad, más preciso y específico podrá ser el análisis diagnóstico para aquella patología concreta que queramos estudiar”, apunta el Dr. Riera.
En este sentido, los radiofármacos para uso diagnóstico incorporan un núcleo inestable, que es un elemento radioactivo de emisión fotónica que podrá ser rastreado mediante equipos de imagen médica. “Los radiofármacos para uso diagnóstico emiten una radiación muy baja, que apenas provoca lesión sobre las células con las que entran en contacto. Los fotones gamma, como ocurre con la luz en un cristal traslúcido, traspasan fácilmente el cuerpo y alcanzan el detector del equipo de imagen médica. Así, como si se tratase de un GPS, podemos visualizar hacia dónde se ha dirigido el radiofármaco que hemos administrado y cómo se ha fijado en un órgano u órganos concretos que queremos estudiar», continúa explicando el especialista en Medicina Nuclear.
“Como si se tratase de un GPS, podemos visualizar hacia dónde se ha dirigido el radiofármaco y cómo se ha fijado en el órgano concreto que queremos estudiar”
Modificando el isótopo radiactivo del radiofármaco que utilizamos para el diagnóstico, substituyéndole un isótopo emisor de fotones por un isótopo emisor de partículas beta, podemos hacer un uso terapéutico de este radiofármaco. Este es el concepto básico de la Teragnosis. Es decir, podemos diagnosticar y, posteriormente, dirigir de manera muy precisa el tratamiento hacia el órgano determinado y lesionar el tejido patológico que queramos eliminar.
En definitiva, debemos diferenciar los radiofármacos de uso diagnóstico (con emisores de fotones gamma), de los radiofármacos emisores de partículas beta que permiten tratamientos.
Los radiofármacos con isótopos radioactivos emisores de fotones gamma se utilizan para diagnóstico mientras que los que emiten partículas beta se emplean para tratamiento
Aun así, el Dr. Riera aclara que «no todas las patologías se pueden diagnosticar o tratar con radiofármacos. Aunque se producen continuos avances, no en todas las enfermedades disponemos de radiofármacos adecuados para uso diagnóstico o terapéutico”.
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