Radioterapia más precisa con resonancia magnética
25 septiembre, 2025
Una planificación avanzada que permite delimitar mejor el tumor y proteger los tejidos sanos
José López Torrecilla, director del Curso de Contorneo y Planificación con Resonancia Magnética en Oncología Radioterápica y Oncólogo Radioterápico, nos explica cómo la resonancia magnética (RM) está revolucionando la radioterapia moderna, mejorando la precisión sobre el tumor y la protección de los tejidos sanos.
La radioterapia (RT) es uno de los pilares en el tratamiento del cáncer: más del 50% de los pacientes la reciben en algún momento de su enfermedad. El principio es sencillo: administrar la dosis de radiación prescrita con precisión sobre el tumor, reduciendo al máximo la exposición de los órganos sanos cercanos.
En la práctica, este equilibrio depende de una delineación anatómica precisa y reproducible. Es decir, de nuestra capacidad para definir el tumor (volumen blanco) y los órganos de riesgo de forma clara, tanto en la fase de planificación como en cada sesión de tratamiento. Una definición inexacta puede invalidar todo el esfuerzo del equipo de Oncología Radioterápica.
De la tomografía a la resonancia magnética
La introducción de la tomografía axial computarizada (CT) supuso en su momento un gran avance, ya que permitió mejorar la definición de los volúmenes blanco. Pero el CT tiene limitaciones: en algunas localizaciones, las imágenes no son consistentes y la identificación de estructuras críticas puede llevar a errores relevantes de planificación y tratamiento.
Para reducir esa incertidumbre, cada vez es más común incorporar otras modalidades de imagen que complementan al CT. La resonancia magnética (RM) destaca por su capacidad para diferenciar tejidos blandos con gran detalle, algo especialmente valioso en pelvis, próstata, hígado o cabeza y cuello. A su lado, la tomografía por emisión de positrones (PET-CT) y, más recientemente, el PET-RM, aportan información funcional y metabólica que enriquece todavía más la planificación.
La importancia de definir bien el volumen de tratamiento
En Oncología Radioterápica trabajamos con tres volúmenes clave:
- GTV (Gross Tumor Volume): el tumor visible en las imágenes.
- CTV (Clinical Target Volume): el área que incluye posibles extensiones microscópicas.
- PTV (Planning Target Volume): un margen añadido para compensar movimientos del paciente o variaciones anatómicas.
El objetivo de todo tratamiento es administrar la dosis adecuada a estos volúmenes y proteger, al mismo tiempo, los órganos en riesgo (OAR). Las incertidumbres en la definición de cualquiera de ellos constituyen uno de los puntos más frágiles de toda la cadena.
Aquí es donde la RM puede marcar la diferencia: al ofrecer mejor contraste anatómico, reduce la variabilidad entre observadores y ayuda a definir los volúmenes con más seguridad.
Un aprendizaje práctico
Con esta idea nació en IBQUAES nuestro programa de formación en contorneo y planificación con RM en Oncología Radioterápica. La propuesta combina teoría y práctica:
- Justificar por qué la RM aporta un valor añadido en radioterapia.
- Aprender a utilizarla en la definición de volúmenes blanco y órganos de riesgo.
- Practicar con casos clínicos reales, comparando los resultados individuales con un caso maestro para identificar áreas de mejora.
Cada caso incluye material complementario con guías de contorneo y bibliografía específica, porque sabemos que ciertas estructuras generan dificultades recurrentes.
Además, hemos incorporado un módulo dedicado a oligometástasis (pulmonares, óseas y ganglionares), un escenario cada vez más frecuente en nuestra práctica. Aquí la RM y el PET juegan un papel clave para delimitar con mayor precisión las lesiones.
Radioterapia adaptativa: respondiendo a los cambios
Uno de los grandes retos de la radioterapia es que la anatomía del paciente cambia durante el tratamiento. Los tumores pueden crecer o reducirse, los órganos vecinos desplazarse, o el paciente perder o ganar peso. Para responder a estas variaciones surge la radioterapia adaptativa (RA).
Existen dos modalidades principales:
- RA offline: la replanificación se realiza fuera de la sesión y el nuevo plan se aplica en la siguiente fracción.
- RA online: el plan se adapta en tiempo real, con el paciente en la camilla, a partir de imágenes obtenidas justo antes de administrar la radiación.
La RA online requiere equipos especiales y flujos de trabajo más ágiles, pero permite personalizar cada fracción según la anatomía del día.
MR-Linac: la integración de resonancia y radioterapia
El paso más innovador ha sido la llegada de los aceleradores lineales integrados con resonancia magnética (MR-Linac). Estos equipos permiten obtener imágenes de RM justo antes y durante el tratamiento, integrar la información en el sistema de planificación y, si es necesario, generar un nuevo plan adaptado.
Algunos centros ya están utilizando MR-Linac para tratar pacientes con tumores de próstata, hígado, páncreas o cabeza y cuello, mostrando cómo esta tecnología mejora la visualización, reduce márgenes y abre la puerta a tratamientos más seguros y personalizados.
Retos y limitaciones
No todo son ventajas. Los sistemas MR-Linac son costosos y todavía escasos. El proceso de adaptación online prolonga la duración de cada sesión y requiere equipos altamente entrenados. Además, existen diferencias técnicas entre máquinas de bajo campo (0,35 Tesla) y alto campo (1,5 Tesla), cada una con sus fortalezas y limitaciones.
Y, lo más importante: aunque los resultados preliminares en toxicidad y calidad de vida son prometedores, falta evidencia robusta de que la RM integrada en radioterapia mejore de forma significativa la supervivencia y el control tumoral a largo plazo.
Mirando al futuro
La incorporación de la RM a la radioterapia no solo nos ayuda a ver mejor el tumor y proteger los órganos sanos: también nos acerca a la posibilidad de una radioterapia biológicamente adaptada. Esto significa ajustar la dosis no solo en función de la anatomía, sino también de la biología tumoral: zonas hipóxicas, áreas de alta celularidad o diferentes patrones de perfusión.
El reto está en consolidar la evidencia clínica, estandarizar protocolos y hacer que estas tecnologías sean accesibles más allá de los centros pioneros.
Conclusión
La radioterapia se encuentra en plena evolución. De depender casi exclusivamente del CT, hemos pasado a integrar RM, PET-CT y PET-RM, lo que nos permite definir con más precisión los volúmenes de tratamiento y los órganos en riesgo. Y con la radioterapia adaptativa y el MR-Linac, nos acercamos al ideal de un tratamiento verdaderamente personalizado, capaz de ajustarse a la anatomía —e incluso a la biología— de cada paciente en cada sesión.
En definitiva, la resonancia magnética no es solo una herramienta de imagen más: es una pieza clave en el camino hacia una radioterapia más precisa, más segura y mejor adaptada a cada paciente.
Sobre IBQUAES
El Instituto Biomédico QUAES, ofrece formación avanzada en las disciplinas de Diagnóstico por Imagen y Medicina Nuclear, aplicadas principalmente en las áreas de Cardiología, Oncología y Neurología. Nuestra propuesta se centra en una enseñanza práctica y personalizada, adaptada a las necesidades de cada profesional de la salud. Con más de 1.000 alumnos formados, cursos acreditados por universidades y respaldados por sociedades médicas y científicas de prestigio, en IBQUAES apostamos por preparar a los especialistas en la biomedicina del futuro.
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