DGP: modalidades de diagnóstico genético de embriones
18 junio, 2018
El DGP (Diagnóstico Genético Preimplantacional) es una técnica de laboratorio que permite estudiar el ADN de los embriones. Su finalidad es seleccionar aquellos embriones con mayor calidad genética, que no presentan alteraciones genéticas y que tienen un mejor pronóstico reproductivo.
El Diagnóstico Genético Preimplantacional es una técnica que se realiza en combinación con los tratamientos de reproducción asistida.
El DPG está especialmente indicado cuando existe riesgo de alteraciones genéticas o cromosómicas en el embrión por antecedentes familiares, edad avanzada de la madre, alteraciones en la meiosis del esperma o alteraciones graves en el seminograma, parejas con intentos fallidos en técnicas de FIV anteriores o parejas con aborto recurrentes.
Para realizar el DPG se utiliza tecnología de última generación, sofisticada, muy precisa y totalmente segura, que no afecta al futuro desarrollo del embrión.
Además, puesto que se transfieren únicamente aquellos embriones genética y cromosómicamente “normales”, el porcentaje de embarazos viables conseguidos por DGP es alto (según algunas fuentes, hasta un 45%). Este porcentaje avala el éxito de la técnica y su aplicación, cada vez más frecuente, en centros y clínicas de reproducción asistida.
¿Qué alteraciones cromosómicas y génicas pueden identificarse gracias al DGP?
Las alteraciones cromosómicas (monosomías y trisomías) más comunes e identificables con DGP son:
- Síndrome de Turner (embriones femeninos con un único cromosoma X).
- Síndrome de Patau (embriones con tres cromosomas 13).
- Síndrome de Down (embriones con tres cromosomas 21).
- Síndrome de Edwards (embriones con tres cromosomas 23).
- Síndrome de Klinefelter (cariotipo 47, XXY)
- Enfermedades ligadas al Cromosoma X únicamente presentes en individuos masculinos. Algunos ejemplos serían el Síndrome de Duchenne y el Síndrome X Fragil, y algunas enfermedades raras como raquitismo hipofosfatémico, Síndrome de Fabry, Síndrome de Rett, incontinencia pigmentaria, Enfermedad de Norrie, mucopolisacaridosis o síndrome de Hurler.
- Enfermedades ligadas al Cromosoma Y. Son muy raras y únicamente se manifiestan en varones. Algunos ejemplos son Infertilidad del Cromosoma Y, Síndrome de Jacobs (también llamado Síndrome XYY) o Síndrome XXYY.
Respecto a las alteraciones genéticas hereditarias que pueden identificarse realizando un diagnóstico preimplantacional, destacamos:
- Enfermedades autosómicas dominantes. Que afectan gravemente a la viabilidad del feto o a su salud futura, y tienen una alta probabilidad de transmisión (50%) si uno de los padres presenta esta alteración genética. Serían enfermedades autosómicas dominantes la acondroplasia, la ataxia espinocerebelosa SCA1 y SCA3, la distrofia miotónica, la esclerosis tuberosa, la enfermedad de Huntington, las neurofibromatosis tipo 1 y 2, la osteogénesis imperfecta y la distrofia facioescapulohumeral, entre otras.
- Enfermedades autosómicas recesivas. Con una incidencia y un porcentaje menor que las anteriores. En este caso ambos progenitores tienen que ser portadores necesariamente de una mutación causal (25%). Entre ellas destacamos ataxia de Friedreich, fibrosis Quística, Síndrome de Clouston, linfohistiocitosis familiar o gangliosidosis).
DGP con embriones: cuándo, dónde y cómo se realiza
Para realizar el DGP es necesario combinar tres técnicas diferentes: por una parte, la Fecundación In Vitro para obtener los embriones; por otra, la biopsia de células embrionarias (por medio de micromanipulación); y para acabar, es necesario realizar un diagnósticos citogenético o molecular de las muestras para descartar posibles alteraciones cromosómicas o genética en ellas.
Básicamente, se realiza una Fecundación In Vitro en el laboratorio y, antes de transferir los embriones al útero materno, se hace un estudio del material genético de cada uno de ellos (obtenido a través de una biopsia). El DGP se puede realizar en D3 (el embrión tienen 6-8 células) o en D5 (trofectodermo) independientemente de lo que se quiera analizar, ya sean trastornos cromosómicos o trastornos monogénicos.
A continuación detallamos los pasos del Diagnóstico Genético Preimplantacional:
- Fase previa. Tanto el hombre como la mujer han de realizarse diversas pruebas de caracterización genética previamente para disponer de la mayor información posible. Una de ellas es el estudio del cariotipo, un análisis cromosómico de las células humanas, que sirve para detectar la presencia de enfermedades cromosómicas en el individuo. En otras ocasiones los estudios genéticos dependen de los síntomas que puedan tener los miembros de la pareja, o sus familias.
- Obtención de embriones. Estos deben generarse siempre por Fecundación In Vitro. Es decir, que no pueden generarse “de forma natural”.
- Biopsia. La biopsia embrionaria se realiza tres o cinco días después de la fecundación. En este último caso, se trata de una biopsia de blastocisto en la que se extraen 4-5 células del trofoectodermo (el trofoectodermo es la parte del embrión que dará lugar a las estructuras extraembrionarias y la placenta).
- Tras la biopsia, los embriones se incuban en el laboratorio donde se mantienen hasta que se obtiene el resultado del diagnóstico y se valora su posible transferencia.
- Diagnóstico preimplantacional genético y transferencia embrionaria. El material obtenido en la biopsia se procesa para su análisis y estudio genético. Tras el mismo, se confirma, o no, la viabilidad de los embriones y se seleccionan los de mejor pronóstico para su transferencia al útero materno.
El proceso del DPG es complejo y muy preciso. Los equipos que lo realizan están formados por ginecólogos, genetistas y expertos en reproducción asistida. En todo el proceso es especialmente importante la biopsia embrionaria, que requiere formación específica.
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