Viaje al fondo de un cerebro que no duerme
23 octubre, 2019
Dos estudios en ratones muestran por primera vez cómo la falta de sueño desbarata el funcionamiento del encéfalo a nivel molecular. Dos estudios pioneros se sumergen hoy en el cerebro de animales para intentar responder una pregunta aparentemente sencilla, pero complicadísima en el detalle: ¿Por qué necesitamos dormir?
Hay abundantes pruebas de que el sueño es una desconexión de la realidad necesaria para consolidar la memoria, aprender y darle tiempo al cuerpo a que haga sus funciones de limpieza a nivel molecular. La prueba de que el sueño es esencial es que su falta está relacionada con enfermedades cardiovasculares, neurológicas y obesidad. A esto se suman las pruebas de que cuando el reloj circadiano que dicta periodos de actividad y descanso en ciclos diarios de unas 24 horas deja de funcionar se rompe la logística básica del cuerpo y aparecen multitud de dolencias, incluido el cáncer. Aunque el efecto reparador del sueño se ha estudiado en diferentes órganos, hasta ahora ha sido casi imposible hacer lo mismo con el órgano de órganos, el cerebro, sobre todo para entender qué sucede a nivel molecular durante las horas de sueño. Los dos trabajos, publicados este jueves en Science, aportan las primeras respuestas a estas preguntas. “Hemos intentado simular en ratones el ritmo de vida que tenemos los humanos”
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